sábado, 23 de noviembre de 2013

Privación del sueño

Como sabemos, el sueño es una parte integral de la vida cotidiana, una necesidad biológica que permite restablecer las funciones físicas y psicológicas esenciales para un pleno rendimiento.
Cada noche, mientras dormimos, pasamos por diferentes fases o estadios de sueño que se suceden con un patrón repetido a lo largo de cuatro a seis ciclos de sueño durante toda la noche. Todos estos estadios se incluyen en dos grandes fases de sueño, con grandes diferencias en cuanto a actividad muscular, cerebral y movimientos oculares.

De modo resumido podríamos decir que dormimos para poder estar despiertos por el día y que, precisamente porque estamos despiertos y activos durante el día necesitamos dormir. El sueño es una necesidad básica del organismo y su satisfacción nos permite la supervivencia. Todo lo que pasa en el cuerpo humano guarda un equilibrio, y si falla este equilibrio el organismo tratará por todos los medios de volver a recuperarlo. Gracias a los experimentos de privación de sueño se ha comprendido que cuando se elimina “completamente” la posibilidad de dormir en un organismo, sobreviene la muerte. Cuando se le priva de sueño temporalmente o parcialmente, es decir no se le deja dormir un día, o no se le permite tener alguna fase concreta de sueño, en el organismo se produce en respuesta un aumento de la fase que se ha anulado y de la necesidad de sueño en los días posteriores a dicha privación. Esto viene a confirmar que el organismo tratará por todos los medios de conservar su equilibrio recuperando aquello de lo que se le ha privado.
 
Las necesidades básicas de sueño para mantener las funciones y supervivencia del organismo se sitúan sobre una media de 4 o 5 horas de sueño cada 24 horas. El resto de horas que dormimos contribuyen a mejorar nuestro bienestar y mayor calidad de vida, estimando que en una media de 8,3 horas podría encontrarse el punto optimo de descanso. No obstante, es importante matizar que las necesidades tanto básicas como opcionales de sueño para conseguir un rendimiento y bienestar óptimo durante el día van a variar en cada persona, e incluso una misma persona no tiene las mismas necesidades en todos los momentos de su vida. 
 
Como hemos repetido, el organismo trata de mantener el equilibrio, y es precisamente esto lo que determina la necesidad de sueño de cada organismo en cada momento (cuanto más desgaste, mayor necesidad de sueño). Las horas necesarias de sueño son aquellas que nos permiten estar bien durante el día, sin sentir somnolencia hasta la noche siguiente.

La privación voluntaria crónica de sueño, producirá cambios fisiológicos (metabólicos, hormonales, etc.) que pueden precipitar enfermedades físicas como la diabetes, o la hipertensión que disminuyen ostensiblemente la calidad de vida. No se ha podido verificar una relación clara entre falta crónica de sueño y la muerte (no sería ético llegar a este punto en la experimentación), pero si se apunta una relación entre falta de sueño y mayor incidencia de algunas enfermedades médicas como las hormonales, cardiovasculares, inmunológicas, psiquiátricas, etc.
 
 

martes, 19 de noviembre de 2013

La concentración, ¿Por qué nos pasa esto?


Seguro que muchas veces te has quedado mirando fijo a un sitio pero realmente no le estas prestando atención. Estas con la mirada perdida en un punto fijo sin saber el cómo y por qué.
Esto tiene que ver con nuestras concentración, lo conocemos como un estado de aparente inconsciencia, conocidos popularmente como "estar en babia" que ocurren en nuestra mente por dos motivos principalmente:

Uno de ellos suele ocurrir en momentos de gran aburrimiento, en periodos en los que no pensamos en nada, no hacemos nada y nuestra mente busca salir de ese aburrimiento desconectando.


Otro motivo ocurre en el sentido contrario, cuando tenemos demasiada ocupada nuestra mente con un problema, proyecto o idea que tenemos que resolver. En esta ocasión, nuestro cerebro se abstrae del mundo exterior para intentar buscar una solución en un estado más sosegado. 


Esto es debido a lo que comentamos antes, a un exceso de concentración que bloquea la mente.
En cualquiera de los casos, estas distracciones parecen actuar como un equilibrio mental , que se producen de una manera inconsciente y terminan por cualquier estímulo que nos llame la atención. Unos momentos ensimismados y abstraídos que nos ocupan una media de medio minuto al día, algo más de 2 dos horas al año, aunque no nos demos cuenta .

Es un mecanismo mental normal para desactivar la atención y relajarse de las actividades cotidianas. 
Sería patológico si esto ocurre muy a menudo como en los casos de déficit atencional o trastornos severos del aprendizaje y la concentración.

Si esto te ha sucedido, ¡ Ya sabes por qué!

martes, 5 de noviembre de 2013

La empatía. ¿Por qué me duele el sufrimiento de los demás?



Ves a alguien golpearse el dedo del pie e inmediatamente te estremeces, estas viendo una película donde alguien corre por que le persigue un cruel asesino y tu corazón se acelera mientras los músculos de tu pierna se contraen o un amigo tuyo pone cara de asco mientras prueba un alimento y de repente, tu propio estómago repugna la idea de comer…Esta habilidad para entender de manera instintiva e inmediata lo que las otras personas están experimentando es lo que llamamos empatía y  no sólo está presente en el ser humano sino en otras muchas especies. ¿Pero qué significa realmente ser empático?

A principios de los años noventa, investigadores italianos hicieron un descubrimiento asombroso e inesperado. Habían implantado electrodos en los cerebros de varios monos macacos para estudiar su actividad cerebral durante diferentes acciones motoras, incluida la ingesta de alimentos. Un día, mientras un investigador alcanzaba con la mano su propia comida, notó que las neuronas de los monos comenzaron a disparar impulsos en la misma área de la corteza cerebral premotora que se activaba cuando los animales hacían un movimiento con la mano similar al que hacía el investigador. Inmediatamente los investigadores se plantearon la siguiente cuestión ¿Cómo era esto posible si los monos estaban sentados y quietos, simplemente mirándolo?


Lo que el grupo de Giacomo Rizzolatti  había descubierto es lo que hoy conocemos como neuronas espejo, unas neuronas que se activan de forma idéntica tanto cuando las acciones son realizadas por nosotros mismos cómo cuando son producidas por un tercero. Esto supone que, por ejemplo, cuando vemos a alguien coger un vaso nuestro cerebro activará automáticamente las mismas áreas motoras que se activarían si yo mismo estuviese agarrando un vaso, y es por esta razón, por la que son llamadas neuronas espejo, porque es como si estuviésemos contemplando nuestra propia acción en un espejo, convirtiéndonos en el espejo de los demás.

Hoy casi 20 años después sabemos que estas neuronas también nos permiten descifrar, recibir e interpretar expresiones faciales. Cuando una persona realiza una expresión facial, se activan las mismas regiones de nuestro cerebro que se activarían al ejecutarla por nosotros mismos y cuanta mayor actividad hay en nuestro sistema de neuronas espejo, mejor es nuestra interpretación de las expresiones faciales.

Estos hallazgos sugieren que el sistema de neuronas espejo juega un papel clave en nuestra habilidad para identificarnos y socializar con otros, así como para comunicar nuestras emociones, principalmente a través de expresiones faciales.
Así que llegados a este punto, te hacemos la siguiente pregunta; ¿Nunca te has preguntado por qué sientes una reacción física cuando ves el dolor en otros?


Las neuronas espejo al ser responsables de reflejar las sensaciones de los demás, hacen que nos sintamos casi como si las viviésemos en nuestra propia piel, de hecho si no fuera por ellas, no nos estremeceríamos al ver una película de miedo o sentiríamos pena e incluso ganas de llorar al ver una escena triste y por tanto, no nos emocionarían las historias de los libros que leemos o nuestra serie favorita.

Y es que realmente nos pasamos el día percibiendo las emociones de los demás y simulándolas en nuestro interior... ¡las neuronas espejo no descansan! imitan incluso las expresiones musculares más insignificantes de otras personas de forma automática, informándonos de cómo se sienten a cada momento, de hecho, a nuestras neuronas espejo les importa más lo que ocurre a nuestro alrededor  que saber quién realiza la acción.

Pero las neuronas espejo no sólo nos conectan con los demás informándonos de sus múltiples acciones, sino que además son fundamentales para la imitación y por tanto, intervienen en el aprendizaje social, muchos antropólogos sostienen que es esta capacidad, la que nos ha permitido sobrevivir ayudándonos a resolver problemas y dificultades.

Y esto no es todo, según recientes investigaciones las neuronas espejo están también relacionadas con el lenguaje.Generalmente cuando hablamos usamos nuestras manos y las neuronas espejo intervienen en el control del movimiento de nuestras manos interpretando también los gestos de las manos de los demás, así en diversas investigaciones se ha encontrado que cuando escuchamos a hablar a otras personas, se activan zonas del lóbulo frontal  que también se activan al hablar con los demás, es decir,  las zonas cerebrales que controlan la lengua y los labios están tan activas como si habláramos en ese momento.



Pero lo más sorprendente que los investigadores han descubierto sobre las neuronas espejo es que no sólo identifican los movimientos y los repiten, sino que hacen atribuciones de las intenciones que hay detrás. Cuando vemos a alguien realizar una acción no sólo interpretamos sus actos, sino que además, sacamos conclusiones sobre porqué lo hace y en qué circunstancias. Si por ejemplo, vemos a alguien coger un vaso de una mesa limpia, nuestra mente activará levemente nuestras neuronas espejo, pero si vemos la misma acción con una mesa sucia deduciremos que la persona está recogiendo la mesa y esto las activará aún más, esto también ocurrirá si vemos la misma acción y esta vez la mesa está llena de comida, creeremos que la persona se dispone a beber mientras esta cenando.

Por tanto, podemos afirmar que las neuronas espejo recientemente descubiertas, están implicadas en la capacidad que tenemos las personas para empatizar, y esto ocurre porque se comunican con los centros cerebrales responsables de las emociones (sistema límbico) y cuanto más se activan estas áreas, mayor es la empatía que sentimos.
Si vemos a alguien sonreír, nuestras neuronas espejo crearán una especie de representación de esa sonrisa en nuestro cerebro, una especie de imitación interna y luego, enviarán señales al sistema límbico haciendo que sintamos lo que la otra persona está sintiendo.



Es por ello que no podemos evitar sufrir al ver a otra persona sentir dolor, llorar al ver a alguien emocionarse, sentir la alegría cuando ves a otros reírse y en definitiva, sentir lo que sienten los demás.