Muchas veces nos encontramos dentro en una espiral negativa de la cual no sabemos cómo salir, podemos incluso acostumbrarnos, aceptando ese estado como "normal" justificándolo con expresiones como; ¡No tengo motivos para ser positivo/a! o ¡Es que todo me va mal!.
Sin embargo, todos luego afirmamos huir de lo negativo y estar muy concentrados en tratar de ser felices.
Lo que ocurre es que, como norma general, nos esforzamos en cambiar nuestro entorno, pensando que lo que está mal es lo de fuera, nuestra realidad y por eso deseamos tener un mejor trabajo, unos amigo/as más implicados, una pareja más perfecta y en resumen, una mejor vida y mientras nos esforzamos tanto por cambiar nuestro entorno, no nos damos cuenta de que lo que debemos de cambiar es nuestra forma de interpretar nuestra realidad, es decir, cambiar nuestra forma de pensar.
Pues bien, dirás- ¡Eso no es fácil! Y no, no lo es, requiere tiempo y esfuerzo. Sin embargo, podemos seguir algunos consejos que pueden ayudarnos a tener una actitud más positiva frente a la vida y en Psicoves Psicología queremos mostrártelos.
1. Enfócate en el presente.
¿Cuántas veces te has dado cuenta de que aquello que tanto te preocupa no acaba ocurriendo? ¿Al final lo que imaginabas es tan grave como pensabas?
Centrándonos en el presente logramos minimizar nuestros miedos y preocupaciones, pensar en un futuro que no conocemos, sólo nos llevará a sentir incertidumbre y no podremos buscar una solución a algo que aún no ha ocurrido. Por lo tanto, lo mejor es centrarnos en qué podemos hacer hoy.
2. Usa un lenguaje positivo.
Es bueno recordarnos a nosotros mismos, que nuestras palabras se
encuentran conformadas por nuestros pensamientos, y que nuestra forma de pensar y por tanto hablar, afecta a nuestro estado de ánimo. Por tanto, mientras más
busquemos cosas positivas para decir, más se impregnarán nuestros
pensamientos de dicho positivismo.
Y recuerda, pensar positivo es un hábito, lo que significa que es posible aprender a hacerlo con práctica.
3. Acepta el hecho de que no todo es perfecto.
Ser positivos no implica pensar que todo el mundo es perfecto, que todo puede ser ideal y que no habrán obstáculos, por el contrario significa aceptar que todo en esta vida necesita un equilibrio.
Muchas veces, las situaciones se encuentran fuera de nuestro control, y en
vez de gastar energía en emociones negativas por ese hecho, es mejor
aceptar que las cosas no salieron como queríamos y analizar qué podríamos
hacer mejor la próxima vez.
4. Mézclate con gente positiva.
Es un hecho comprobado que las emociones se contagian, por tanto cuanto más tiempo pases con personas con una actitud positiva, empezarás más y más a pensar/actuar de forma similar.
5. Contribuye de manera significativa.
Ya existen varios estudios que nos dicen que la felicidad está muy relacionada con el hecho de contribuir en actividades relacionadas con la ayuda a los demás.
Así como aquellos buenos sentimientos que vienen con marcar la
diferencia en la vida de alguien, contribuir con tu tiempo y esfuerzo a
una causa, te permite escapar por instantes de tus problemas actuales y
quizás incluso puedas ver dichos problemas de manera diferente.
6. Sigue aprendiendo.
Mostrar un interés real en la vida te da energía, ayuda a crear nuevas
ideas en tu mente, y te brinda una manera diferente de pensar respecto a
las cosas. Todo esto llega a tener un impacto positivo en tu vida, no
sólo por los resultados inmediatos que obtienes, sino por el hecho de
que estás cultivando una manera más saludable de pensar.
7. Valora lo que tienes.
Existen personas que con muy poco pueden ser felices, lo que demuestra que nuestra felicidad depende en mayor parte de nosotros mismos. Por eso, invierte un poco de tiempo al día en pensar en aquellas cosas por las que estás realmente agradecido en tu vida.
Recordar todas aquellas razones por las cuales te sientes agradecido, te ayudará a mantener el enfoque positivo en cada situación.
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